La calma antes de la tormenta: el desafío de gestionar lo no obvio
9
de
July
,
2024

La calma antes de la tormenta: el desafío de gestionar lo no obvio

Resolver conflictos es muy importante, pero quizás puedes anticiparte a a ellos en primer lugar.

Product
Management
7
minutos de lectura

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En el día a día de un Product Manager, los conflictos no están ausentes.

Demoras en la entrega, objetivos que no avanzan y la natural fricción de coordinar un equipo de personas que muchas veces tienen sus diferencias y puntos de vista distintos.

Siempre lo he dicho, la resolución de conflictos es una de las habilidades blandes más desafiantes que debe tener este rol, y a su vez, una de las que toma mayor tiempo desarrollar.

Resolver conflictos implica exponerse en situaciones donde el clima no es agradable y se necesita tanto inteligencia emocional como capacidad de mediación para encontrar un camino que sea convincente para las distintas partes involucradas.

Ahora bien, esta dinámica que describo es más bien reactiva.

¿Qué tal si, en lugar de resolver conflictos, mitigamos su probabilidad de ocurrencia?

Si anticiparse a futuros problemas te suena como un super-poder, no estás equivocado.

En escenarios de alta incertidumbre, es imposible tener la bola de cristal y saber cuándo sucederá cada evento futuro.

Pero sí puedes esforzarte por prestar mayor atención al presente, y en reflexionar acerca de cómo las decisiones y acciones que se toman hoy pueden generar consecuencias de segundo y tercer orden.

En mis años de experiencia como Product Manager, paradójicamente, he estado más alerta en tiempos de “paz” que durante un conflicto evidente.

Aquí va un aprendizaje clave 👇🏼

Desconfía de la calma absoluta. Los problemas que no se manifiestan son una bomba de tiempo que crece a espaldas del equipo.

Que no se me malentienda: este no es un llamado a la paranoia.

Pero sí a la precaución. A la observación constante. A estar atento acerca de cómo ciertas dinámicas de equipo, por más sanas que parezcan, pueden estar contribuyendo a un conflicto que se avecina pronto.

Algunas red flags que te pueden ayudarte a identificar esta situación son:

  • Tu equipo no hace preguntas ni expone dudas.
  • No hay fricciones en el proceso de desarrollo: todo marcha “sobre ruedas”.
  • Tus stakeholders están “desconectados” del proceso y no demandan visibilidad.
  • No tienes en claro en qué anduvo trabajando cada miembro del equipo.
  • Los espacios de encuentro y sincronización entre el equipo escasean.

La calma absoluta no siempre es sinónimo de un proceso de desarrollo eficiente donde las cosas fluyen por el alto rendimiento del equipo.

En mi experiencia, se debe más bien a charlas que se deberían tener pero no se tienen.

A cuestionamientos que debería recibir, pero no suceden.

¿Lo peor de todo? → Cuando el problema se manifiesta, suele venir con un factor sorpresa.

Después de todo, nadie lo vio venir: “¡Sí estábamos tan bien!, ¿qué acaba de pasar?”.

Y luego, a resolver el conflicto. Que no es gratis. Conlleva tiempo, esfuerzo y otros recursos.

Te dejo tres breves consejos para que puedas ganar mayor consciencia del estado de las cosas y, así, prevenir algunos conflictos evitables:

1) Involucra a tus stakeholders tempranamente

Una gran fuente de conflictos suele venir a partir de las diferencias que surgen entre el camino que decide tomar el Product Manager y las intenciones y visión que tienen los stakeholders con respecto al proyecto.

En la gran mayoría de los casos, estas diferencias aparecen debido a la falta de visibilidad en cuánto al alcance de un desarrollo.

Las definiciones, acuerdos y consensos que se realizan al comienzo de un proyecto pueden ser superficiales, y así, dar una “falsa confianza” de que vamos por el camino correcto.

Pero, cuando los detalles no se discuten luego, esta primer visión compartida pronto se desmorona.

Por tal razón, es muy necesario que identifiques quiénes son tus stakeholders más importantes en cuánto a influencia y poder de decisión, y que mantengas una relación recurrente con ellos para informar avances y definir detalles importantes.

Puedes no estar de acuerdo en algunas cosas con ellos, y tomar otro camino.

No será fácil, pero será mucho mejor que haber avanzando de forma unidireccional con una definición importante y luego tener que dar explicaciones de ello.

2) Realiza reuniones de sincronización y planificación periódicas.

Si hay algo de las metodologías ágiles que creo realmente necesario aplicar en casi cualquier contexto, son las reuniones de sincronización y planificación.

Creo que muchas veces se confunde la ausencia de conflictos a la vista, con el buen desempeño del equipo.

Que no hayan atrasos en el trabajo por hacer no necesariamente conduce a buen proceso de desarrollo de producto.

Piensa en las siguientes preguntas:

  • ¿Qué trabajo que es IMPORTANTE no sabemos que debemos hacer?
  • ¿Qué resultado conlleva este trabajo que acaba de terminar?
  • ¿Existe alguna incompatibilidad en cuánto a las tareas que se ejecutan?
  • ¿Esta tarea provocará una dependencia o bloqueo a otro miembro del equipo?

Puedes tener unas dos semanas perfectas donde el equipo avanzo en las tareas que tenía asignadas, y aún así, no contribuir a un resultado positivo al proyecto, provocar dependencias y bloqueos a otros miembros u obviar tareas que eran más importantes ahora.

Suma reuniones de sincronización y planificación para generar el alineamiento necesario para que el equipo gane visibilidad acerca de lo qué se está haciendo y se va a hacer.

Planifica para la semana, sincroniza de forma diaria.

Si el tiempo apremia, que la sincronización periódica sea asincrónica.

Pero hazlo.

3) Identifica riesgos y valida supuestos de forma continua.

La calma absoluta se lleva muy bien con el desconocimiento.

Mientras todo parece progresar de forma armónica, si este progreso es sobre la base de supuestos que no han sido validados, entonces se está construyendo un producto sobre una superficie endeble.

En caso de que un supuesto quede invalidado, el equipo tiene que dar dos pasos atrás y re-definir, re-diseñar y volver a desarrollar lo que ha quedado obsoleto para adecuarse así a la nueva realidad.

Ni hablar de los potenciales riesgos que se hacen realidad, y caen al equipo sin que este tenga un plan de mitigación para sus consecuencias.

Debido a esto, la validación de los supuestos más importantes, al igual que la identificación de riesgos, es una actividad muy importante que debe estar incorporada en cualquier proceso de desarrollo de producto.

Implica abrazar las prácticas de Product Discovery.

Y emplearlas no solo al comienzo de un proyecto (como es usual).

Sino, también, de forma continua.

En resumen…

No descanses sobre los laureles.

Debes mantenerte “avispado”. Es decir, sagaz, listo, vivo, despierto y enérgico.

Un problema que no sea evidente es más peligroso que un conflicto sobre la mesa.

Como Product Manager, más allá de tu capacidad de resolución de problemas, también debes accionar sobre aquellas situaciones que pueden desencadenar consecuencias a futuro.

No es para nada fácil, pero puedes comenzar por prestar especial atención a la calma absoluta. A la tranquilidad incuestionable.

Quizás encuentres hallazgos importantes en lo que justamente no está sucediendo.

Preguntas que faltan, definiciones unilaterales, reuniones que no suceden, etc.

Todo esto contribuye a un riesgo de des-alineamiento que puede descarrilar al equipo entero en tan solo minutos.

Para evitar esto, recuerda que puedes:

  • Involucrar a los principales stakeholders tempranamente.
  • Realizar reuniones de sincronización períodicas.
  • Reforzar el Discovery continuo y el ejercicio de validar supuestos.

¡Te deseo muchos éxitos!

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