Descubre tu perfil profesional para desempañar el rol que más se acerque a tu propia naturaleza e intereses.
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Temprano en mi carrera me había dado cuenta que era un generalista.
Incluso cuando trabajaba en roles de Marketing, mi carrera de grado, sentía una gran atracción por otros tópicos, más allá de desempeñar un rol en Paid Media.
Quería saber de Content Marketing, Email Marketing, Influencer Marketing, y así.
Esa atracción la sentía muy natural, y estaba especialmente impulsada por una genuina curiosidad y pasión por comprender las distintas piezas de un sistema más grande.
De todas formas, no fue sencillo al comienzo.
Esta búsqueda de conocimiento en otras áreas me llevo a cuestionarme sí realmente estaba haciendo un uso eficiente de mi tiempo.
Algunas preguntas que me surgían eran:
📌 ¿No debería enfocarme en ser un experto en mi rol?.
📌 ¿Hacia donde estoy yendo con estos nuevos conocimientos?.
📌 ¿Estoy acaso buscando un cambio de carrera?
Luego de reflexionarlo detenidamente, comprendí que el rol donde más podía brillar sería uno que requiera un amplio abanico de conocimientos y habilidades diversificadas.
Así es como, lento pero seguro, fui encontrándome con el Product Management.
Me apasionaba la programación. Me apasionaba el diseño. Me apasionaba CX…
Con confianza, fui formándome en distintas habilidades sabiendo que, si bien no iba a llegar a ser un experto en ellas, la suma de las partes iba a ser más grande que el todo.
En producto, por ejemplo, conocer sobre múltiples disciplinas en un equipo te brinda una visión más holística del proceso de desarrollo de producto.
Más allá de los conocimientos que uno posee, las personas generalistas guardan características similares, al igual que los especialistas.
Ningún perfil es mejor que el otro, sino que uno tiene que ser fiel a su naturaleza.
A continuación, voy a compartir “4 pistas” para que puedas identificar si eres un generalista.
Una de las señales más importantes y evidentes de un generalista es su natural atracción por querer aprender más de distintas cosas.
La curiosidad inmensa combinada con una genuina pasión por el amplio campo de conocimiento, lo lleva a buscar respuestas a preguntas tan variadas.
Esta curiosidad no queda en el mero interés por aprender algo nuevo, sino que un generalista también sabe dónde y cómo adquirir ese conocimiento. Tiene intención real de conseguirlo.
Además, el generalista es bien consciente de que en lo que no sabemos que no sabemos están las mayores oportunidades de desarrollo.
Cuando busca aprender un nuevo tema, quizás no llegue a las clases más avanzadas, pero siempre asistirá a todos los cursos que encuentre relevantes.
Tiene mentalidad de estudiante, y necesita estar incorporando nuevas prácticas, procesos, conceptos y demás a su “caja de herramientas”.
Si un generalista aprende a desarrollar código, probablemente no sea por amor al código en sí, sino por su amor a lo qué puedo lograr al saber desarrollar código.
Quizás esto sea resolver un problema importante para algún cliente.
O quizás sea para ganar la posibilidad de involucrarse en conversaciones técnicas.
Sea como fuere, un generalista es una persona pragmática.
No se enamora del arte de “hacer X”.
Sino que busca, ante todo, servir a un objetivo o propósito determinado.
Esto no quiere decir que aprenda cosas que no le guste.
Sino que, parte del motivo por el cuál no ahonda en conocimiento más específico se debe a qué, si a través de este, no obtiene las respuesta que necesita para llegar a su objetivo, entonces no le resulta conveniente continuar profundizando.
Un generalista tiene una necesidad clara de explorar nuevos proyectos y desafíos.
No busca la perfección ni establecerse con un proyecto por demasiado tiempo.
Con el paso del tiempo, los proyectos pierden interés para un generalista, porque ya que no le interesa cubrir cada detalle posible, sino que desea descubrir nuevas oportunidades que justifiquen otros desafíos o nuevos proyectos.
Un generalista, además, busca flexibilidad en sus tareas.
No le gusta encerrarse a la definición de un rol, ya que valora bastante la capacidad de adaptación y respuesta ante el cambio.
Quiere tener la habilidad de “fluir” en el contexto, y tomar distintas responsabilidades o tareas dependiendo cada caso.
Las personas generalistas suelen desempeñarse muy bien en roles que sirven como nexo entre múltiples áreas.
Al poseer conocimiento sobre distintos campos, un generalista puede hacer las veces de “traductor” de un equipo para con otro.
Un generalista se preocupa por comprender la “big picture”.
Como todas las piezas del tablero deben encajar para alinear esfuerzo en la dirección correcta.
Es por esto que debe saber como “conectar los puntos” para que los esfuerzos individuales se unan a un cauce común de tareas que empuje los resultados.
Debido a que el trabajo de un generalista es “amplio” en lugar de profundo, necesitará contar con habilidades blandas o soft skills fuertes para ejecutar correctamente su rol.
Por último, un generalista se siente cómodo con la ambiguedad y con el hecho de no saber siempre la respuesta.
Sabe que, en tal caso, su valor estará en habilitar la conexión entre quiénes se necesitan para no bloquear un flujo de trabajo.
Si sientes una curiosidad intensa que te lleva a aprender sobre múltiples temas.
Si al incorporar habilidades te importa más el fin para el cuál van a ser utilizadas.
Si para ti, la flexibilidad y los nuevos desafíos son una prioridad en tu carrera.
Si eres un experto conectando los puntos y funcionando como un “nexto” entre áreas.
Si te sientes identificado/a con lo anterior, muy posiblemente seas un generalista.
El rol que ejecutes debe requerir que tu cabeza razone con distintos escenarios, equipos y desafíos.
Desempeñar roles como Product Manager, de alguna forma, se va a sentir más “natural”.
De todas formas, recuerda que no necesariamente un generalista debe NO ser un experto en un área.
Un especialista puede, en cualquier momento, transformarse en un generalista al incorporar nuevo conocimiento de otras disciplinas a su expertise en su tópico principal.
De mismo modo, un generalista puede, sobre su abanico de conocimiento, especializarse en un tema particular y hacerse fuerte en él.
Lo importante, a fin de cuentas, es mantenerse fiel con uno mismo.
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