Como un poderoso concepto japonés me ayudo a encontrarme con lo que más me apasiona: Product Management.
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El concepto japonés del Ikigai últimamente ha estado ganado mucha popularidad en talleres de auto-descubrimiento y realización personal.
Y esto ha sido con justa causa.
Su valor está a la vista 👉🏼 el Ikigai busca destrabar las personas de aquellos bloqueos profesionales y personales que se interponen en sus actividades del día a día.
¿Cómo lo logra? 👉🏼 ofreciendo una herramienta sencilla para que uno pueda reflexionar y re-orientarse alrededor de aquello que le de el mayor sentido de auto-realización.
El Ikigai es simple pero poderoso, porque se alinea con las preguntas más importantes que uno se puede hacer:
📌 ¿Cuál es mi sentido en la vida (al menos a nivel profesional)?
📌 ¿Qué propósito me guía cada día?
📌 ¿Para qué trabajo?
El Ikigai permite determinar la dirección de tu carrera profesional de modo qué esté alineada con aquello que más disfrutas y buscas masterizar.
Entonces, encontrarlo implica encontrar aquello que te de una razón de ser.
Aquello que te hace feliz, en definitiva.
En esta publicación, voy a exponer brevemente cuáles son las 4 categorías que componen el concepto, para que puedas tener esta potente herramienta presente en tu día a día.
Sin más por agregar, las cuatro categorías del Ikigai son 👇🏼
¿Qué sentido tiene dedicarse a algo que uno no disfruta?
Puedes estar ser realmente bueno en un rol, ganar buen dinero por ello y aportar utilidad real a una empresa, pero si lo que haces no te apasiona, te sentirás vacío.
Por tal razón, un primer paso para hallar tu Ikigai implica reflexionar acerca de lo qué más amas hacer.
¿Qué es lo que te apasiona enormemente?
¿Qué es aquello qué te mantiene enganchado/a por horas?
Aquello que al hacerlo te hace sentir más feliz, más pleno/a.
Asegurate de que tu carrera esté alineada a una serie de actividades que te diviertan.
Sino, correrás el riesgo de estar contando los horas para dejar la oficina.
La necesidad de generar un valor en la sociedad es algo real que uno no debe olvidar.
Sino, ¿por qué hay miles de personas que incluso al hacer lo que aman sienten un sentimiento de inutilidad?
Una sensación de qué no están generando ningún bien a sus clientes o círculo cercano.
Nadie quiere sentirse así.
Uno quiere generar un impacto positivo, quiere poder cambiar las cosas para bien.
Por tal razón, es clave que tu carrera te alinee hacia roles que sirvan a una necesidad real, significativa y recurrente.
Ser la solución a un problema real nos hace sentir útiles, necesarios.
Le da un propósito a nuestras funciones.
Y eso, no es para nada poca cosa.
Ciertamente no vivimos del aire: a fin de mes, hay que pagar las cuentas.
Por más que trabajes en algo que ames y por lo qué eres especialmente útil, si esto es a expensas de tu estabilidad financiera, entonces no está muy bueno.
El Ikigai contempla la necesidad de contar con una fuente previsible de dinero.
Tu carrera o trabajo debe brindarte un sustento económico que permita alcanzar tus metas de ahorro y/o de inversión.
De otra manera, tu bienestar se encontraría en peligro.
Para emprendedores, este punto les recuerda que sus negocios DEBEN vender.
Para colaboradores, les recuerda que deben percibir un sueldo competitivo y contar con escalas salariales transparentes que motiven el ascenso a puestos de mayor experiencia.
¿Qué más se le puede pedir a un rol totalmente necesario por el qué se pague bien y me encante desempeñar?
Bueno, debes tener la habilidad para desempeñarlo correctamente y no sufrir el síndrome del impostor.
El cuarto punto del Ikigai tiene que ver con la importancia de dedicarte a algo en lo que eres bueno.
Ya sea por experiencia, o “talento innato”, es fundamental que puedas brindar buenos resultados, ya que las personas pondrán expectativas sobre ti.
Y si no estás especialmente capacitado para el puesto, vivirás con una sensación de incertidumbre, miedo y/o ansiedad con la que es difícil de convivir.
Asegura que aquel rol tentador que te apasiona esté alineado con tu experiencia y habilidad.
El diagrama del Ikigai forma cuatro intersecciones:
📌 Pasión: lo que eres bueno + lo que amas.
📌 Misión: lo que amas + lo que necesita el mundo.
📌 Vocación: lo que necesita el mundo + lo que te pueden pagar.
📌 Profesión: lo que te pueden pagar + lo que eres bueno.
Una carrera profesional debe estar apalancada bajo estas cuatro categorías.
Debe ofrecer una profesión apasionante por la qué sientes una fuerte vocación y misión.
Caso contrario, incluso si tan solo una de las categorías no se cumple, el riesgo de no sentirte realizado con tu rol actual se hace cada vez más tangible.
En mi caso personal, el concepto de Ikigai me ayudó a encontrarme con el mundo emprendedor y el Product Management.
Espero que hayas encontrado el tuyo.
Y, en caso de que aún sigas en búsqueda, ¡pronto llegará!
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