Cómo desarrollar una estrategia de producto en tres simples pasos
26
de
December
,
2023

Cómo desarrollar una estrategia de producto en tres simples pasos

Descubre el modelo OUTCOME-OUTPUT-INCOME para determinar tu estrategia de producto.

Product
Management
8
minutos de lectura

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Desarrollar una estrategia de producto es una tarea que puede sonar compleja e intimidante. Y tiene su justa razón. Después de todo, un profesional de producto debe ocuparse de varias cuestiones para elaborar un plan de acción que haga sentido con los objetivos del negocio.

Estas tareas incluyen: definición de objetivos y métricas de producto, identificación de oportunidades e iniciativas estratégicas, análisis de entorno y restricciones, diseño de un Product Roadmap, etc.

Puede ser agobiante y el armado de la estrategia llevar semanas de conversaciones con el equipo y redefiniciones constantes.

Lamentablemente, en mi experiencia trabajando como Product Manager observé que gran parte de la complejidad de definir una estrategia de producto no se ubica en sus actividades en sí, sino en la ausencia de una metodología clara.

Desarrollar una estrategia puede ser más sencillo.

Y debería serlo. Pero, si bien Design Thinking y Jobs-to-be-done ofrecen marcos de trabajo claros para encarar un Product Discovery y lo mismo hacen Lean Startup y Agile con Product Delivery, no existen pasos claros para la definición de una estrategia. La ausencia de un conjunto de mejores prácticas acerca de cómo definir una estrategia lleva a:

  • Definición de un plan estratégico enorme que luego queda obsoleto.
  • Desconexión de los objetivos del negocio con el producto que se construirá.
  • Falta de consideración de soluciones y objetivos alternativos (rutas secundarias).
  • Falta de compatibilidad entre las necesidades del equipo y su capacidad real.

Hace tiempo vengo utilizando un modelo al que llamo OUTCOME-OUTPUT-INPUT para resolver los problemas mencionados. De forma sencilla, busco conectar la visión del negocio y su objetivo anual con las soluciones que el equipo puede desarrollar. Y, afortunadamente, tuvo muy buenos resultados para ordenar mejor la casa y alinear expectativas.

En este artículo, voy a compartirte el modelo para que puedas definir tu propia estrategia de producto en tan solo tres pasos. Veamos uno por uno 👇🏼

Paso 1: Define tu OUTCOME, el resultado que esperas.

Todo parte desde la visión del negocio, aquel objetivo a largo (5-10 años) que la empresa aspira alcanzar.

Si trabajas en una empresa pequeña o startup naciente, es probable que la visión de la empresa sea la visión del producto. En cambio, si trabajas en una empresa más grande, la visión de la empresa suele descomponerse en distintos productos y unidades de negocio.

Sea como fuese, al definir la estrategia de producto debemos buscar la visión más próxima que tengamos. Sea esta una visión global de toda la empresa o la de nuestra unidad de negocio en particular.

A partir de la visión, se define el impacto deseado. Este objetivo es la típica meta estratégica que se define de forma anual, aunque también, y especialmente en contextos muy dinámicos, se puede plantear de forma trimestral o semestral.

El impacto deseado debe explicar una manera de acercarse a la visión del negocio, por lo qué es muy importante que mantenga su relevancia.

Mientras la visión habla del DÓNDE (destino al que se quiere llegar) y el impacto deseado u objetivo habla del QUÉ (qué se debe hacer para acercarse al destino), el siguiente paso habla del “CÓMO”.

Del objetivo anual justamente nacen los distintos resultados (outcomes) a perseguir. Un resultado es un hito y refleja un manera de generar el impacto deseado.

En este punto, el equipo de producto debe comenzar a relevar distintos resultados que llevan al impacto deseado, y evaluar cuál de todos es el más viable de conseguir (considerando recursos internos y contexto).

Por ejemplo, si el objetivo es “Consolidar una base de usuarios recurrentes”, podemos contar con dos resultados: “Incrementar la tasa de retención a 80% en tres meses” o “Incrementar la tasa de activación de nuevos usuarios en un 25%”.

El equipo tiene que decidir entonces si prefiere llegar al objetivo anual a partir de la ruta de la retención o la activación.

Por último, cada resultado a su vez se puede alcanzar optimizando distintas métricas. Por ejemplo, en caso de seleccionar el incremento en la retención cómo resultado a conseguir, vamos a tener tres caminos: mejorar el NPS, mejorar la propia tasa de conversión (o reducir la tasa de abandono) y mejorar la fidelidad del producto y su frecuencia/intensidad de uso (product stickiness).

Nuevamente, el equipo de producto debe decidir en qué métrica trabajar principalmente. Está métrica justamente va a definir el KPI del equipo de producto.

Definir el OUTCOME implica comprender qué objetivo perseguirás, el propósito por el cuál construirás y desarrollarás producto en los próximos meses.

Paso 2: Define tu OUTPUT, lo que construirás.

Luego de definir tu métrica objetivo o KPI (qué está conectado con el resultado/hito/milestone que debes perseguir para alcanzar el impacto deseado), es momento de plantear distintas iniciativas de producto que influyan de manera directa sobre esta métrica.

Las oportunidades de negocio o iniciativas de producto son definiciones amplias de una solución. De hecho, cada oportunidad tiene diferentes formas de implementar, dando origen a un conjunto variado de soluciones.

Una oportunidad refiere tanto a la creación de una nueva característica del producto como a la mejora de una característica ya existente. Por ejemplo, si deseamos mejorar la tasa de retención para una aplicación de meditación, entonces puedes plantear meditaciones guiadas en vivo, recomendación de sesiones personalizadas y/o ofrecer una mayor variedad de planes de suscripción (para reducir la tasa de abandono de clientes pagos).

Cada oportunidad representa un camino de implementación que puedes tomar para fortalecer tu métrica objetivo. El foco es nuevamente importante en este paso, por lo qué debes seleccionar una oportunidad donde vas a estar invirtiendo el mayor tiempo.

Luego de la oportunidad, llega la solución.

La solución ya es más específica, y determina de forma clara una manera de abordar la oportunidad seleccionada. Por ejemplo, si optamos por ofrecer meditaciones guiadas en vivo como oportunidad, podríamos plantear como soluciones crear eventos recurrentes en grupo de meditación guiada o la posibilidad de agendar sesiones 1:1 de meditación guiada con profesional dentro de la aplicación.

Ambas soluciones exploran la misma oportunidad pero de distintas maneras.

Este punto, ya en terreno de la solución, es muy importante identificar los distintos supuestos e hipótesis que tenemos por validar.

Siguiendo la misma lógica que Design Thinking o Lean Startup, las soluciones deben ser validadas antes de ser desarrolladas en mayor escala. De esta manera, la estrategia también está alineada en la filosofía de reducir riesgo e incertidumbre del proceso de producto.

Pensar en los supuestos e hipótesis que sostienen una estrategia de solución nos va a dar mayor claridad acerca de qué ideas son validadas y cuáles invalidadas, y por ende, saber cuándo nos estamos acercando al objetivo y cuándo no.

Dicho esto, seleccionamos una solución a desarrollar e inmediatamente debemos pensar en sus posibles experimentos.

Un experimento representa la forma más sencilla de validar los supuestos de una solución, siendo eficiente con el uso de recursos.

El experimento es aún más específico que la solución. Puede ser un prototipo, una prueba de concepto, un MVP, etc. Pero ya declara exactamente qué es lo que el equipo debe construir para avanzar sobre el desarrollo de la solución.

En el caso de seleccionar la solución “Eventos recurrentes de meditación en grupo”, se puede plantear el diseño y desarrollo de una landing page del evento o el envío de correos electrónicos como primeras formas de abordar la solución.

Definir el OUTPUT implica comprender qué necesitas desarrollar y entregar al usuario para poder alcanzar tus objetivos de negocio declarados anteriormente.

Paso 3: Define tu INPUT, lo que necesitas.

Una vez hayas seleccionado un experimento que busque validar los supuestos de una solución, queda el último paso: establecer los recursos que necesitarás para llevar a cabo el experimento y/o la solución.

El último paso tiene que ver con el INPUT, es decir, la cantidad de tiempo, dinero, esfuerzo y otros recursos que tu equipo debe invertir para poder desarrollar el experimento y llevarlo a las manos de los usuarios.

Si bien este paso puede ser simple ya que no tiene la profundidad de los anteriores, es sumamente importante.

¿Cuántas veces se han comprometido a los equipos de desarrollo a plazos de entrega que están completamente alejados de la capacidad real de trabajo?

La estrategia de producto no solo deben considerar los objetivos de negocio, el contexto y las distintas prioridades, sino también las restricciones y propios recursos del equipo.

Por esta razón, al establecer un experimento, debes hacer un relevamiento de todos los recursos necesarios para poder llevarlo a cabo.

Si decidimos lanzar una landing page, por ejemplo, se pueden establecer como “inputs”: 1 desarrollador no-code, dos semanas de dedicación full-time y una suscripción anual a Webflow.

Al saber los recursos que necesitas emplear en cada experimento, las proyecciones de desarrollo que luego elabores sobre el Roadmap se van a sentir más realistas porque cada experimento y estrategia de solución va a estar conectada con sus respectivos recursos.

Definir el INPUT implica comprender qué recursos (tiempo, dinero, esfuerzo) necesita tu equipo para llevar a cabo la solución que busca alcanzar la métrica objetivo.

En resumen…

Una estrategia de producto refleja el camino que va a tomar el equipo para desarrollar las soluciones que respondan tanto a los objetivos de negocio como las necesidades del usuario o cliente.

La creación de un mapa estratégico, incluso previo al Roadmap, es extremadamente útil ya que te permite bajar un concepto tan grande como la visión del negocio a elementos accionables y concretos como los experimentos o pequeños entregables a desarrollar.

Luego de definir tu estrategia con el modelo OUTCOME-OUTPUT-INPUT, el armado del Product Roadmap saldrá más fácil y tendrás iniciativas muy concretas para crear tu Backlog de Product Discovery.

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